sábado, 10 de diciembre de 2011

La Disputa (Fabula)

En un reino lejano se encontraban dos amigos de toda la vida en su vida cotidiana.

— ¿Qué es esto? - gritó la muerte
— ¿Qué es qué? - le preguntó la vida
— ¡Yo pregunté primero!, ¡contéstame lo que pregunte!
— ¿Qué pregunta preguntaste?
— Lo que te pregunté antes de que me preguntaras lo que me preguntas - le reprochó como solía ser habitualmente
— ¿Qué es lo que preguntaste antes de que yo preguntara?
— Válgame dios, no tienes remedio, nunca cambias, sigues tan blanca como siempre
— Y tu tan negro y sombrío
— ¿y qué me importa? ya te he dicho que me llevare a este hombre
— Y yo te he dicho que le dejare quedarse - le discutía la vida
— ¡Pues explícame entonces que es esto!
— ¿Qué es qué? - le preguntó la vida
— ¿pretendes agotar mi paciencia?
— Ja, tú no tienes paciencia - se burló la vida
— ¿Cómo sabes tú que yo no tengo una paciencia?
— He vivido una eterna vida luchando contigo, para dejarles vivir, pero por no tener esa paciencia te los llevas de igual modo - le contestó
— pues es mi trabajo, no por nada me llamo muerte, y sabes que nadie puede burlarme - dijo la muerte creyéndose el cuento
— pero qué cosas dices, si hasta unos pocos días creías que te llevarías a aquella joven suicida y no pudiste- le hizo ver
— bufó al aire - es que no me encontraba bien de salud
— sólo intentas cambiar el tema porque una simple mujer decidió no quitarse la vida y se burlo de ti, te vi pataleando aquel día, ¡lo recuerdo! ¡lo recuerdo! - se burló la fiel amiga
— vaya, lo dices porque me ganaste sólo una vez, pero también te he visto molesta, ya sabes que paso la vida intentando llevarme a los que tu deseas dejar y simplemente los dejas
— no por nada me llamo vida - le dijo dándose humos de grandeza
— bueno, entonces yo me llevare a este hombre - dijo intentando pasarse de listo
— ¡no!, ya te dije que lo dejare - le frenó la vida
— ¡no seas tonta! - le gritó molesto la muerte
— ¡no seas idiota! - le reprochó la vida

Un extraño ruido se escuchó a lo lejos, ya no estaba aquel hombre, ni vivo ni muerto, se lo había llevado el viento.

— ¡hey! ¡que es mío! - le gritó la muerte al viento
— ¡no! ¡es mío! - le gritó la vida al viento y a la muerte
— Sí, y ahora es mío, este hombre no vivirá ni morirá, me ayudara a barrer las hojas de otoño, a invadir de aire la ciudad y a destruir con ondas de viento, ja ja - se alejo el viento burlándose de ambos

La vida y la muerte se quedaron mirándose el uno al otro sin siquiera poder pestañar.

— ¿Ves porque te lo digo?, siempre nos termina quitando todo - le reprochó la muerte a la vida
— Es tu culpa si sólo me hubieses dejado dejarle vivir no estaría pasando siempre esto
— Vaya siempre igual - dijo la muerte dando media vuelta alejándose de la vida, quien le siguió discutiendo, pero era cosa normal puesto que todos los días se repetía la misma historia.


Moraleja:


"si tienes poder nunca es bueno alardear,
Pues nunca sabes cuánto te ayudara y
Discutir por algo nunca lleva a nada bueno".



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