martes, 21 de agosto de 2012

Ella Ninfa (capitulo 2/4)


2. Extraña Criatura.

Un mundo pequeño, donde la naturaleza fuera esencia y la oscuridad un rayo de luz, quería conocer un sitio similar a ese. ¿Qué importaba morir? Ya no quedaba mucho por lo que luchar, mi relación estaba destruida, en cinco años Laurent se había convertido en todo para mí; como aire, como luz y como persona.

Frené en medio de lo que parecía un bosque, me paré y respiré intentando sentir alivio, pero el olor a flores del lugar despedía malestar a mi estomago, caí de rodillas al suelo expulsando todo el revoltijo bebido, mi cuerpo temblaba y sudaba, no tenía fuerzas para levantarme y continuar el camino a casa, no lo pensé antes de caer tumbado al suelo boca abajo en medio de la hiedra, sin embargo cuando me di cuenta ya había amanecido, observé cuidadosamente que estaba rodeado de arboles, altos y añosos, no recordaba absolutamente nada de lo sucedido la noche anterior, a excepción de la traición de Laurent.

La leve brisa revoloteó por sobre mi cuello haciéndome estremecer, asiré la cabeza intentando calmar la fuerte migraña, bajé la mano al suelo, cálido y blando, parecía el cuerpo de alguien más, volteé la mirada con temor, una mujer dormida yacía a mi lado, me levanté de golpe y retrocedí, pero antes de intentar huir me precipité accidentalmente con la moto de David, tragué saliva intentando darme valor para comprender la situación, una noche de gran embriaguez al parecer había sido demasiado para mí. 

                ¿Quién eres tú?— pregunté atemorizado, no acostumbraba a tener aventuras como si nada.
               ¿ya no me recuerdas?— preguntó en un tono dulce todavía somnolienta,  siempre había creído que el paraíso sería lo más bello que vería y ni siquiera estaba seguro de si existiera uno, pero ahora comprendía lo equivocado que estaba, ella era aterradoramente hermosa. Tenía el cabello de oro, liso y por debajo de su cintura, su piel blanca parecía de porcelana, tan delicada y notablemente bella, sin imperfecciones y completamente luminoso; su cuerpo parecía tan frágil como las plumas de un ave, tan así que sentí que se haría daño con el simple hecho de ser tocado. Vestía una capucha con gorro café, y por debajo de este un vestido verde.
                 Emmm…— no sabía que decir, lo cierto es que no lograba dimencionar de donde había salido y menos que se fijara en alguien tan desastroso como yo anoche— aclaro que no estaba en mis cinco sentidos, si te he hecho algo te ruego que me perdones y hagas como si nada hubiese sucedido— le justifiqué nervioso, intentando no ver a sus ojos del color de la miel.
                     ¿de qué hablas? Tú me hiciste una promesa…
                   ¿promesa? ¿Cómo se supone que sepa lo que le prometí? Mi mente está en blanco y ella me inquieta, Jack no le mires a los ojos, podría hipnotizarte— dije en mi mente.
                     ¿ya te sientes mejor? ¿no huiras de tu promesa verdad?— preguntó.
                     ¿tú eres…?
                      Pardodie— me sonrió.
           Qué extraño nombre, su madre enserio debió tener problemas de identidad, nadie puede llamarse así— comenté en mi cabeza— que lindo nombre Pardodie— indiqué— bueno, pensándolo bien, en ella ese nombre suena bien, con estilo.
       Se aproximó a mi rostro, mi nerviosismo fue inminente, ella pareció notarlo y me sonrió— ¿cumplirás tu promesa verdad?— volvió a preguntar.
                Pardodie, lamento todo lo ocurrido, no puedo cumplir la promesa, lo que hice anoche no lo recuerdo, y no acostumbro a tener esa clase de comportamiento, soy un buen hombre…
                   ¿De qué hablas?— me interrumpió— prometiste ayudarme a encontrar a Phillippe.
                        ¿Phillippe?— pregunté.
               Phillippe mi novio, el salió en busca de una piedra de compromiso, pero no ha vuelto— me explicó.
        ¿una piedra? Nadie puede regalar una piedra en estos tiempos, una sortija de compromiso luciría más lindo en ella— dije nuevamente en mi mente— ¿una piedra?— le pregunté.
                 Los ninfos suelen regalar piedras a sus parejas para contraer matrimonio— me informó.
                          ¿Ninfo?— pregunté.
                  Yo y Phillippe somos ninfas del bosque Decely, aunque pertenecemos a grupos distintos— me sonrió.
                           ¿ninfa? Dios será linda pero está completamente loca— pensé.
                         ¿me ayudaras cierto?— le miré accidentalmente a los ojos , grave error, parecía tan preocupada, que me era imposible negarme.
                           Bien— saltó y me agarró del brazo.
                            sabes algo, te ves mucho mejor que ayer— me dijo sonriente.
                            ¿tú crees?— le sonreí— ¡ah!…casi lo olvidaba, mi nombre es…
                           ¡Jack!, ya lo sé, me lo dijiste unas cincuenta veces anoche— mencionó.
                           ¿enserio? ¿dime qué más hable?— pregunté.
                      No estoy completamente segura, no lograba entender bien lo que hablabas, pero mencionaste el nombre de Laurent repetidas veces, ella debe ser alguien muy importante para hacerte llorar de esa manera— me dijo.
                        Un poco…— le miré— íbamos a casarnos en cuatro meses, pero me traicionó con alguien más— sonreí amargamente, respiré, de pronto sentí el pecho oprimido y mis lagrimas escurrieron, ella me miró con ternura y sus cálidos brazos me rodearon de pronto.
                         Esa Laurent es realmente una tonta, y es afortunada, puesto la amas al borde de llorar y sufrir— me dijo dulcemente.
                     Soy patético, lamento haberte hecho escuchar toda la madrugada mi drama amoroso— le sonreí, no acostumbraba a hablar con extraños, menos temas como este.
                                  Tienes una linda sonrisa— me sonrojé— Phillippe jamás ha llorado ni sufrido alguna vez por mí, pero sé que me ama a su modo, a diferencia tuya él es una persona introvertida— hizo un gesto de preocupación.
                               Le toqué la mano— tranquila, le encontraremos, ¿sabes dónde podría haber ido a buscar la piedra?
                                 En la ciudad, pero tengo miedo de ir aquel lugar, la gente es muy distinta.
                           Sí, suele ser traicionera— ironicé, por alguna razón con ella me sentía a gusto y tranquilo.
                      La sensibilidad es parte de la magia de un hombre, me pareces muy lindo— a pesar de portarse cursi, sentí mi corazón latir fuertemente. 
                        Bien, vamos— cambié el tema antes que notara mi reacción tomándole de la mano.

Le entregué el casco protector de la moto y nos alejamos, le ayudaría a encontrar a ese tal Phillippe costara lo que costara. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario