viernes, 27 de enero de 2012

Bullying


Se sentó en medio de la banca, nadie sabía la razón de porque pasaba siempre esto, se desahogó llorando un rato y luego se paró directamente al baño. Posó sus delicados dedos en su boca, se lavó los dientes y observó fijamente su reflejo en el espejo todavía lagrimeando producto el ardor de su garganta.

Caminó rumbo al salón, como era habitual en el pasillo le gritaban gorda a pesar de lo delgada que estaba, pero aquello no bastaba y brutalmente la empujaron tirándola al piso. Se levantó escuchando un sin fin de risas que invadía el lóbrego y tortuoso lugar para Sofía, denotaba su esfuerzo de no romperse frente a ellas e ingresó raudamente al salón. Se sentó en su habitual silla que malvadamente habían cambiado por otra arreglada para que esta accidentara, pero la humillación era más fuerte que ella, y si aguantar un sólo minuto mas, salió corriendo rompiendo en llanto, sin embargo esto ya era algo tan habitual que nadie imaginó lo que esta broma provocaría.

Una simple disculpa a tiempo tal vez hubiese bastado, pero para entonces ya era demasiado tarde, bajo el ensombrecido árbol del patio que normalmente visitaba para llorar sus malos ratos, Sofía se había despedido por siempre de la vida.



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